Tiempo que no sabíamos nada de Jacky Guzmán, solo lo que sube a redes sociales. ¡Ajá!
Recuerden que la expresentadora de TV se encuentra bastante alejada de los medios de comunicación, pero ayer fue invitada a un programa radial para hablar de todo un poco.
"La chica plástica" confesó que al llegar al tercer piso sintió un poco de temor, pues la edad viene bajando. ¿Cómo así? Sí, el colágeno es necesario, así que habló con su madre, porque andaba un poco traumada con este tema y ella la aconsejó y le dijo que no pasaba nada, que se quedara tranquila. ¡Miren pues!
Ha recibido diversas propuestas para trabajar en el medio, pero ella se encuentra "full" dedicada a su hija Luccia, quien ya está grandecita y es muy inteligente, dijo.
Además, está feliz, porque lo que empezó como su negocio, un solo local, Rambalai, ya logró expandirlo. Ya tiene sucursales y todo. Ella está emocionada con este proyecto en marcha.
¿Su vida es perfecta?
Bueno, mucha gente piensa que porque trabajan en el medio y se ven felices en redes sociales, en las fotos que suben, estas figuras públicas son completamente felices. Fíjense que Jacky contó que- como todo ser humano - ha tenido altas y también bajas. Es más, le ha tocado ir al Santísimo para hablar con Dios y decirle: "Dios mío, ¿qué pasa?".
Ahora puede decir que se encuentra en uno de los mejores momentos de su vida.
Explicó que cuando la gente la ve en la calle con su hija se sorprenden. No entiende porqué, pues dice que ella es mamá, hija, hermana, amiga, antes de ser presentadora.
Le tomaron fotos llorando en la iglesia
No recordó qué le pasaba en ese momento, pero una vez fue a la Iglesia y empezó a orar. Ella lloraba y lloraba y le dio por mirar y vio a una persona tomándole fotos, dentro de la Iglesia con un celular. "Yo me paré y le aventé el celular a la persona. La gente se olvida que tú, además de ser figura pública, eres ser humano", explicó.
Le sacó provecho al apodo que le puso Kenny Man
Guzmán también confesó que en aquel tiempo cuando estaba en Suelta el Wichi y que Kenny Man le puso el apodo de "La chica plástica" no lo tomó de muy buena manera. Ella lloraba prácticamente con todo lo que le decían en las redes sociales, pero Franklyn Robinson la ayudó muchísimo. "A veces el ser humano peca en creer que los demás no son capaces de, porque ellos no son capaces de. Después de 'La chica plástica' me costó aprender de las experiencias y agarrarle el lado bueno", comentó.
Le tocó a la brava apoderarse del término 'Chica plástica' y empezó a mostrar más. "No me importa lo que la gente piense".
Todos los días trato de ser mejor, porque es que mi hija no necesita lujos, sino tiempo. A veces siento que soy mala mamá, me lo he dicho, y me flagelo yo misma. No sé a quién salió, pero está tenaz. Tiene 5 años.